Como deportistas y aficionados a la bicicleta debemos dar ejemplo de convivencia y tolerancia en nuestro paso por el Camino de Santiago. Sabemos que tendremos que compartir la ruta con otros peregrinos a pie y en bicicleta, también debemos tener claro que no se trata de una competición si no de un viaje para disfrutar y respetar el disfrute de los demás.
No podemos hacernos responsables de lo que hagan los demás, pero si respetamos la señalización y las normas de tráfico ya estaremos poniendo nuestro granito de arena para un Camino más seguro. Como estamos de vacaciones y nos relajamos es habitual que veamos imágenes como ésta; este ciclista seguramente no pasaría en dirección prohibida si se encontrase en su ciudad o por lo menos echaría pie a tierra.
Pues bien... en este mismo punto a la entrada de Santiago, todos los días decenas de ciclistas pasan en dirección prohibida y subiendo por las aceras con el consiguiente peligro y enfado de los vecinos.
Debemos circular por las zonas habilitadas para bicicletas cuando crucemos una población, y durante el Camino es muy importante que respetemos a los peregrinos que van a pie. Tengamos en cuenta de que muchos van distraídos o escuchando música con auriculares y nosotros los rebasamos a cierta velocidad con lo cual siempre es una maniobra peligrosa.
El uso del timbre tampoco nos da derecho a adelantarlos a toda pastilla, no se trata de una sirena y nosotros no vamos en una ambulancia. Lo más adecuado es reducir la velocidad y cuando estemos cerca saludarlos con un "Buen Camino", ellos nos cederán el paso gustosamente.
En determinadas épocas del año y sobre todo a partir de Sarria puede que te encuentres verdaderas manifestaciones de peregrinos ( excursiones, grupos de colegios etc) en ese caso no te hagas mala sangre, por suerte siempre hay una alternativa por carretera donde podremos rodar a nuestro ritmo.
Durante el Camino o cualquier ruta debes cuidar tu seguridad con todos los medios a tu disposición, llevar chaleco reflectante y por supuesto casco. Cuando entres en Santiago no te dejes llevar por la emoción y echa pie a tierra; las calles suelen estar atestadas de gente y no es seguro andar esquivando y haciendo piruetas.
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